La cosmología Lakota se manifiesta en el diseño, la construcción y la funcionalidad de la onikaghe (cabaña de sudar) utilizada en el Inipi, el rito de purificación.
Se emplean todos los Poderes del Universo: la Tierra y todo lo que nace de ella; el agua, el fuego y el aire para construir un espacio sagrado. Una cabaña en forma de iglú, cubierta de mantas que conforman el vientre del Cosmos y de la Madre Tierra.
Los sauces que forman el armazón se clavan en el suelo de manera que indiquen las cuatro Direcciones del Universo; de este modo en el conjunto de la cabaña está el Universo en imagen, y ella cobija a los pueblos bípedos, cuadrúpedos y alados y a todas las cosas del mundo. Es un lugar de oración, por lo tanto un Templo.
La onikaghe siempre se construye con la puerta hacia el Este, pues de allí viene la luz de la Sabiduría. A unos diez pasos se construye un hogar ritual llamado Peta Owihankeshni, "fuego sin fin", y allí se calientan las piedras que representan a la Abuela Tierra, de la que provienen todos los frutos y también a la Naturaleza indestructible y eterna del Gran Espíritu.
El altar central de la cabaña adonde serán llevadas las piedras calientes es el centro del Universo, en el que mora el Gran Espíritu con su Poder, el fuego.
Se realiza cavando un pozo en el centro de la cabaña, a su alrededor se traza un círculo con una tira de cuero. Con la tierra así recogida se traza un sendero que conduce afuera de la cabaña en dirección al Este y en cuyo extremo se levanta un pequeño montículo.
Sobre las piedras se colocan hierbas aromáticas y agua, que producen abundante vapor, lo que provoca la sudación de las personas que están en el interior de ella. La palabra Inipi deriva del Lakota "Iniunkajaktelo", que significa vamos a orar a la tienda de sudación. Sentarse alrededor de las Abuelas y Abuelos Piedras, es estar en el vientre de la Madre Tierra y en el centro del Cosmos, para recibir la sanación y la purificación.
Las ramas de sauce que forman la estructura de la cabaña, se arman formando dos cruces de cuatro direcciones que tienen un color asociados, a su vez representan los dieciséis grandes misterios de Wakan Tanka, el creador del universo que gobierna a través de diversas deidades, que son todos los aspectos de su Ser.